Como una forma de acelerar el proceso de electrificación de la industria automotriz en el país, ya se puso fecha al fin de las ventas de vehículos a combustión. Porque para qué hacer bien las cosas, y en lugar de preparar la red de carga o incentivar la compra de autos eléctricos, si se puede forzar la ley de Moraga adopción de nueva tecnología sin preparación.
Considerada el pilar de la estrategia de Electromovilidad, la medida fue anunciada por el Ministerio de Energía y Transporte, que imita la de países desarrollados que ya han puesto un deadline a la venta de autos particulares con motores a combustión interna. Pero a diferencia de ellos, aún nuestra infraestructura para tecnoelectromovilidad sigue en pañales, no hay incentivos adecuados para compra de vehículos eléctricos, la oferta actual es baja y a precios prohibitivos, más de lo que ya son en los autos tradicionales. Y eso que ni hablamos de la capacidad eléctrica instalada.
En específico, se espera que (que palabras del ministro Juan Carlos Jobet) «al 2035 el 100% de las ventas de vehículos livianos y medianos serán cero emisiones; el 100% de las ventas de transporte público (buses, taxis y colectivos) serán cero emisiones; y el 100% de las ventas de maquinaria móvil mayor serán cero emisiones.» Buena suerte con eso.